sábado, 28 de febrero de 2015

OPERACIÓN CISNEROS

La Operación Cisneros es el nombre en clave que los servicios de inteligencia franceses dieron a un supuesto plan franquistaa de apoderarse en 1940-42 del Oranesado y de su capital Orán, un territorio argelino que estaba entonces bajo dominio francés y cuya población europea procedía mayoritariamente de la inmigración española, puesto que eran sobre 300 000 los habitantes que pertenecían en esta época a la comunidad hispánica, mientras que apenas 100 000 eran de origen francés (la población total de esta región, incluida la musulmana, era de 1,5 millones. La denominación de la operación se debió a que el nombre otorgado a esta por el contraespionaje francés hacía referencia al cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, el conquistador de Orán en mayo de 1509. Estaba convencido que la ciudad, una vez en manos de Franco, se llamaría «Orán-Cisneros».2 (1)
Aprovechando la derrota de Francia en junio de 1940, Franco quiso realizar el sueño imperialista de los círculos africanistas y de la Falange. No se contentó con discutir con Hitler y Mussolini el reparto del imperio colonial francés a cambio de su promesa de participar a la contienda al lado del Eje.3 También, sin esperar alguna luz verde de los vencedores, puso en marcha su propio plan de conquista del África francesa del Norte,cita requerida sobre todo del Oranesado, cuya frontera se situaba a solo unos veinte kilómetros del Marruecos español, donde se notaba la fuerte presencia de tropas franquistas (alrededor de 150 000 hombres), en las cuales el gobierno francés —el régimen de Vichy— vio una amenaza para su soberanía en Argelia y en su protectorado marroquí.4

La campaña diplomáticaeditar

Es cierto que Franco usó la vía diplomática, un medio ambiguo hecho de diálogo y de presión, para cumplir su objetivo. Privilegió la posibilidad de un acuerdo bilateral con Francia. El cuñadissimo, Ramón Serrano Suñer, que era su ministro de Asuntos Exteriores, afirmó en sus Memorias que el interés de España no era la opción militar, sino la negociación (2). Franco tenía relaciones muy amistosas con el mariscal Pétain, el héroe de Verdun y ex embajador en Madrid, convertido tras el acto constitucional del 10 de julio de 1940 en nuevo jefe del Estado. Como no quería ver otras potencias intervenir en la discusión, el Caudillo planteo directamente el asunto a Pétain. Pero lo hizo no de modo claro. Lo hizo mediante el problema espinoso de las cabilas de los Banu Snassen cuyo territorio separaba el Marruecos español de la frontera argelina. Un acuerdo de 1912 aseguraba a España el control de esta zona. En 1925, para combatir a Abd el Krim, los franceses ocuparon los Banu Snassen (y también el país de los Banu Zeroual) que no devolvieron. Hubo insistentes reclamaciones infructuosas hasta la conclusión en noviembre de 1935 de un compromiso para la restitución de los territorios. A causa de la guerra civil de 1936, no se puso en ejecución el acuerdo (3).
La victoria nacionalista desencadenó una nueva ola de solicitudes. Paul Baudouin, ministro de los Asuntos Exteriores de Pétain, se opuso a la demanda española, convencido que satisfacer a Franco seria abrir una brecha irreparable en la protección del Oranesado. Los falangistas llamaron entonces los Banu Snassen a sublevarse contra la tutela francesa. Querían provocar una rebelión que justificaría una intervención militar española (4). Por temor de desorden, Baudouin dio marcha atrás. Propuso la restitución el 29 de agosto de 1940. Pero añadió una condición: la restitución se haría cuando se estableciera la paz general en Europa. Madrid rechazo la oferta. Pétain olvidó su amistad con Franco y adoptó una postura de firmeza. El 15 de mayo de 1941, declaro solemnemente la intangibilidad de todas las fronteras francesas (5). A Franco, le quedaban otras opciones entre los cuales la propaganda.

Las campañas de prensaeditar

Al mismo tiempo que caminaba la conducta diplomática, los falangistas iniciaron intensas campañas de prensa en favor de "los derechos históricos" de España.Radio Madrid en su diario del 20 de julio de 1940 incito a los musulmanes de Argelia a la insurrección. La emisión suscitó la indignación de los franceses. Sin hacer caso omiso de la protesta, la estación madrileña repitió el llamamiento en septiembre (6). Virulentos y belicosos fueron los periódicos Pueblo y Arriba que denunciaban la política secular de "rapiñas" de Francia en "la África de Carlos Quinto". Arriba culpaba a Francia por los malos tratos sobre los trabajadores españoles de Orán (7). Las fogosas crónicas del semanal Domingo contra el poder colonial de Francia sentaron muy mal a los diplomáticos franceses. Una de ellas sostuvo duras críticas a propósito de la naturalización de los españoles del departamento de Orán donde, según el periódico, "hay 1,1 millón de musulmanes, 350 000 españoles y 70 000 extranjeros (Franceses, Malteses, Egipcios, Griegos...). De los 350 000 españoles, Francia naturalizó unos 200 000 de manera forzosa. A Orán, se respire un aire bilingüe. Se canta en español y en árabe. Nada más. En Madrid donde vive una pequeñita colonia del país vecino, hay un liceo francés. Pero en Orán, donde viven 350 000 españoles, no nos otorgan siquiera la creación de una escuela de párvulos" (8). Fernando María Castiella y José María Areilza, dos jóvenes bilbaínos miembros de la Falange, publicaron en mayo de 1941 el manifiesto del imperialismo de la España franquista: "Reivindicaciones de España". En varias emisiones, Radio Melilla emprenderá en julio de 1941 la lectura de los folios (unos ochenta) del capítulo que trataba de Oran. La fiebre imperialista alcanzó Barcelona: carteles aparecieron sobre las murallas de las casas y en las plazas públicas, alegando, entre otras cosas, que Orán era "para España" (9). En Sidi-bel-Abbès, la mapa del nuevo Imperio colonial de España, tal como resultaba del libro, adornaba las paredes del cafetín de las Uniones latinas, sede de los nacionalistas españoles (10). Corría en todo el Oranesado el rumor según el cual se celebraría pronto un plebiscito para oficializar la anexión de la región a España (11).

Los falangistas de Oráneditar

Más que una acción militar, el entorno falangista de Franco contaba, en lo esencial, con su red de partidarios y de espías que fomentaban disturbios en Orán.5 El cónsul Bernabé Toca, en funciones desde septiembre de 1939, se comportaba como el verdadero dueño del Oranesado, humillando sin vergüenza al prefecto francés Louis Boujard. Gracias a su inmunidad diplomática, criticaba públicamente a las autoridades coloniales francesas y convocaba reuniones en las que anunciaba la llegada inminente del ejército español desde Marruecos.6 Dijo el 5 de octubre de 1941: "Dentro de poco tiempo, la bandera de Castilla será izado a las orillas del río Chelif y los colonos franceses tendrán que cruzar de nuevo el mar" (12). Toca era objeto de adulación de parte de sus compatriotas. El día de la San Bernabé, en 1941, dio pretexto a una ceremonia de homenaje al cónsul de Orán, animada por las religiosas de la comunidad teresiana y un coro de niños. Estrechamente vinculado a la Falange, fue el padre José Manresa, un sacerdote jesuita natural de la Granja de Rocamora (Alicante), nombrado en diciembre de 1939 agregado en el Consulado. Quiso publicar un periódico que llevaba por título "Flechas". Pero antes la publicación de los 500 ejemplares del primer número, la policía registró a la imprenta e incautó del material. Manresa fundó el Auxilio Social en marzo de 1940, un instrumento caritativo que parecía una telaraña, porque controlaba todos los barrios de Orán. Según informes policiales franceses (que se pueden consultar en los archivos nacionales de ultramar en Aix-en-Provence), el Auxilio Social era capaz de movilizar en Orán hasta mil milicianos disciplinados. Hay que tener también en cuenta las secciones del Auxilio Social en varios lugares del departamento como MostaganemAïn TémouchentPerrégaux o Beni Saf. En Sidi bel-Abbès, sede de la subprefectura donde vivían 25 000 habitantes, triunfaba la propaganda falangista bajo la dirección del cónsul Ruiz de Cuevas que logró a reclutar 500 miembros y 100 simpatizantes para su Auxilio Social.7
En definitiva, ante tanta actividad subversiva, el Gobierno General de Argelia (GGA) tomó la decisión de expulsar a Manresa en febrero de 1942. El religioso se refugió en Melilla donde se dedicó, después del desembarco americano en noviembre de 1942, a dirigir el movimiento de sublevación contra la tutela francesa, aunque Franco había oficialmente renunciado a su proyecto imperial. Manresa colaboraba francamente entonces con el contraespionaje alemán. El consulado de Orán guardó hasta 1945 su influencia sobre la población local.8

Referenciaseditar

  1.  Bouzekri, Nadia (2012). «Reivindicaciones españoles del Oranesado argelino» (tesis doctoral de la Universidat autónoma de Barcelona)Derrotados, desterrados e internados españoles y catalanes en la Argelia colonial. pp. 61–62.
  2.  Alfred Salinas, Quand Franco réclamait Oran, L'Opération Cisneros, L'Harmattan, 2008, p. 47-48 y p. 243
  3.  Ramón Serrano Suñer, Entre Hendaya y Gibraltar, 1947 (traducido en francés con título "Entre les Pyrénées et Gibraltar", Edition Constant Bourquin, Genève, 1947, p. 129); R. Serrano Suñer, La Historia como fue, Barcelona, 1977, p. 285
  4.  Sobre la línea Pérez que separaba los dos Marruecos, ya eran, en septiembre de 1940, 120 000 los soldados españoles mientras que el ejército francés tenía solo 44 000 hombres (tropas indígenas en mayoría), según lo que menciona Christine Levisse-Touzé (L'Afrique du Nord dans la guerre 1939-1945, Albin Michel, 1998, p. 126). El residente general del Marruecos francés, Charles Nogués, se preocupaba mucho de esta desproporción (ver Paul Beaudouin, Neuf mois au gouvernement Avril - Décembre 1940, La Table ronde, 1948, p. 207). Las tropas franquistas alcanzaron los 150 000 en noviembre de 1942 cuando ocurrió el desembarco de los Aliados en África del Norte (A. Salinas. op. cit., p. 203)
  5.  François Piétri, Mes années d'Espagne 1940-1948, Plon, París, 1954, p. 104; A. Salinas, op. cit.,p. 198-200
  6.  A. Salinas, op. cit., p. 123-125
  7.  A. Salinas, op. cit., p. 135
  8.  A. Salinas, Les Américains en Algérie 1942-1945, L'Harmattan, 2013, p. 231-260

Notaseditar

  1.  "Orán es nuestra ... Ya ha venido la hora de la liberación para nos compatriotas y para los árabes", decía el general Franco en el primer número del periódico madrileño Áfricadel 21 de marzo de 1942.1
  1. Archivos nacionales franceses de ultramar, Aix-en-Provence, serie Asuntos españoles, informe del subprefecto de Tiaret, Charles Luizet, febrero de 1942; la denominación "Cisneros" fue iniciativa de Luizet y de sus colaboradores. Cuando investigaban sobre las actividades de los círculos falangistas del Oranesado, recurrían a la fórmula "Orán-Cisneros" para relatar en sus informes el intento separatista. Luizet era un funcionario del régimen de Vichy, pero encabezaba también redes secretas de información que estaban relacionadas con los gaullistas de Londres y los Aliados.
  2. Ramón Serrano Suñer, Entre les Pyrénées et Hendaye, Les Editions du cheval ailé, Genève, 1947, p. 144-145
  3. Luis Súarez, España, Franco y la Segunda Guerra mundial desde 1939 hasta 1945, Actas Editorial, Madrid, 1997, p. 205-206
  4. Paul Baudouin, Neuf mois au gouvernement avril-décembre 1940, La Table ronde, París, 1948, p. 322; Paul Preston, Franco, Caudillo de España, Delbosillo, 2006, p. 409; François Charles-Roux, Cinq mois tragiques aux Affaires Etrangères 21 mai - 1er novembre 1940, Plon, París, 1949, p. 241-242
  5. Alfred Salinas, Quand Franco réclamait Orán, l'Opération Cisneros, L'Harmattan, París, 2008, p. 105-106
  6. François Charles-Roux, op. cit., p. 222-223
  7. François Pietri, Mes années d'Espagne 1940-1948, Plon, París, 1954, p. 104-105 (el autor fue embajador del régimen de Vichy en España durante la Segunda Guerra mundial)
  8. Philippe Marchat, Le Maroc et les puissances: un empire convoîté de 711 à 1942, L'Harmattan, París, 2013, p. 218
  9. Pierre Villet, Les chemins d'Espagne: mémoires et documents sur la guerre secrète à travers les Pyrénées 1940-1945, Ediciones Gaucher, 1948, p. 24
  10. Archivos nacionales francesas de ultramar, Asuntos españoles, Carta del gobernador general de Argelia al prefecto de Orán, 4 de junio de 1941
  11. Juliette Bessis, Maghreb, la traversée du siècle, L'Harmattan, París, 1997, p. 254-255
  12. Angelo Tosca, Archives inédites, La France de Vichy, Fundazione Giangiacomo Feltrinelli, Milano, 1996, p. 304

Bibliografíaeditar

  • Juan Avilés Farré, Vichy y Madrid. Las relaciones hispanofrancesas de junio de 1940 a noviembre de 1942, in "Espacio, Tiempo y Forma", serie V, Historia Contemporánea, Volumen 2, 1989
  • Jacques Cantier, L'Algérie sous le régime de Vichy, Odile Jacob, París, 2002
  • Michel Catala, Les relations franco-espagnoles pendant la Deuxième guerre mondiale, L'Harmattan, París, 1997
  • José María Cordero Torrés, La misión africana de España, Vicesecretaria de Educación popular, Madrid, 1941
  • Christiane Dubosson, L'action franquiste en Oranie (1939-1942), in "Espagne et Algérie au XXe siècle", L'Harmattan, París, 1985
  • José María de Areilza y Fernando María Castiella, Reivindicaciones de España, Instituto de Estudios españoles, Madrid, 1941
  • Tomás García Figueras, Reivindicaciones de España en el Norte de África, Dirección general de Marruecos y colonias, Madrid, 1942
  • Christine Levisse-Touzé, L'Afrique du Nord dans la guerre 1939-1945, Albin Michel, París, 1998
  • Manuel Ros Agudo, La gran tentación, Franco, el imperio colonial y los planes de intervención en la Segunda guerra mundial, Styria, Barcelona, 2008
  • Alfred Salinas, Quand Franco réclamait Orán, L'Opération Cisneros, L'Harmattan, París, 2008
  • Alfred Salinas, Les Américains en Algérie 1942-1945, L'Harmattan, París, 2013, capítulo 7 "L'axe Orán - Melilla - Berlín", p. 231-260
  • Nadia Bouzekri, "Derrotados, desterrados e internados españoles y catalanes en la Argelia colonial (¿ La memoria olvidada o el miedo a la memoria ?"), tesis doctoral de la Universidat autónoma de Barcelona, 2012



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